lunes, 3 de mayo de 2010

Te cuento de Hunter (colab. Graciela D`Anna, Argentina)

Mane, te mando este adjunto muy especialmente, porque sé como te amas a los perros. Nosotros tuvimos uno. Te cuento la historia : Desde chica le tuve terror a los perros, de grande también. Cuando veía uno en la calle, y no te digo, cuando veía acercarse a un paseador con varios perros, cruzaba a la otra vereda y, si tenía que pasar al lado de ellos, se me helaba la sangre literalmente. Si iba de visita a una casa desconocida, lo primero que preguntaba era si tenían perros, y si me decían que sí, pedía por favor que lo encerraran o que no le permitieran que se me acercara. Esto hasta 1994. Cuando volvimos de España y nos establecimos definitivamente en el piso en el que aún vivimos, mi marido quiso comprar un perro, yo, por supuesto, dije que NO, pero los chicos quisieron y ganaron 3 a 1. Entonces, yo dije muy decidida que lo compraran pero que ellos se ocuparan del animal y no contaran conmigo para nada, Un día de Noviembre de 1994, nos trajeron dentro de un bolso una bolita de pelo negro, con dos luceritos y un morrito brillante, llamado Hunter. Era un cachorrito de ovejero alemán de pura sangre, registrado, nacido en la perrera de la División Perros de la Policía. ¡ Qué te puedo decir ! Fue amor a primera vista, me enamoré de esa "personita", y -por supuesto- me ocupé de él, más que eso, lo adopté y él me seguía a todas partes. Fué su gran compañero en la adolescencia de mi hijo, lo metía en secreto en su habitación, y Hunter sabía que si oía llegar a alguien, debía esconderse bajo la cama. Para mi marido y para mi fue como un hijo más. Aún de grandote, me encantaba darle de comer de mi mano, y hacerlo jugar con el chorro de agua de la manguera. Su tamaño y su estampa imponían más que respeto a los ajenos, pero en casa y con los chicos en la plaza, era un buenazo, juguetón, y que robaba las pelotas y los "hot dogs". Teníamos que ir al parque con dinero suficiente para reponer pelotas y "panchos". Finalmente, un día se enfermó, ni el veterino nos supo decir porqué, y el 18 de Diciembre de 2003, se nos fue para siempre, algunas semanas después mi hijo se fue de casa. Bueno ese mes se me fueron dos hijos, uno definitivamente y el otro a hacer su vida alejado de nosotros. Tenemos una foto de Hunter junto con todas las fotos familiares. Nunca quisimos otro perro, porque como dice mi marido, los amores no se reemplazan. Bueno esta parte no la había contado. Te la dedico.
Gra

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